LA MOSCA Y EL ESPEJO
Hoy me levanté temprano, hice algunas cosas y me recosté en una hamaca frente a un espejo
que ya no refleja como antes la realidad de mi existencia.
El
sol aun no salía, pero daba sus pinceladas en las raquíticas nubes que tras una
noche de tormenta parecían estar agotadas. Las hojas de los jazmines
amanecieron empapadas.
La
ventana filtra la tenue luz del amanecer y produce una sensación de paz y
tranquilidad. Los pájaros hacen su algarabía de siempre.
Por
la ventana entró de manera inesperada una mosca verde, con su fastidioso
zumbido abejezco y fue directamente a estrellar su minúsculo exoesqueleto con
el viejísimo espejo del tocador lleno de perfumes de mujer y otras cosas. Se
estrelló una vez, después otra, y otra más... luego salió por la ventana, así
como había entrado desapareciendo de mi vida para no cruzarse conmigo quizá
nunca más.
Qué
vida la de esa mosca -pensé- tan efímera, (creo que no viven mucho tal vez dos
meses ) dos meses volando de aquí para allá sin saber que hay un mundo
maravilloso más allá de sus pequeños viajes, solo se preocupa por comer y
reproducirse... nada más que eso. No sabe nada del amor, o del arte. Ignora por
completo que existe Venecia, París, Egipto con sus majestuosas pirámides...
Cuadros fantásticos de Tiziano o bellísimos poemas de Claudia Lars, Bequer o
Rubén Darío, Nunca escuchará esa pobre mosquita verde un Réquiem de Mozart, o
una Canción de Enya. Quizá ni tenga oídos. Su mundo es tan pequeño, tan
limitado y tan sencillo como entrar por la ventana y estrellarse muchas veces
con un espejo...
Después
pensé ¿y si nosotros somos como esa mosca? ¿Qué tal si hay alguien que nos mira
así como yo he visto esa mosca? ¿Qué tal si alguien dice lo mismo de nosotros y
de nuestra corta vida con todas sus limitantes...? ¿Qué tal si hay un mundo
enorme, gigantesco allá afuera en otra parte esperando por nosotros?
Un
hombre sabio decía que podríamos ser solo un experimento dentro de una botella
(¿quién puede recordarlo?) y que estábamos en medio de todo, que si mirábamos
hacia arriba con un telescopio el universo seguía ensanchándose más y más, y si
mirábamos hacia abajo con un microscopio el universo seguía encogiéndose más y
más...
Tal
vez alguien ahora mismo nos mira entrar por la ventana y suspira al vernos
estrellar nuestras vidas en el espejo de su casa.
—Miguelan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario