jueves, 21 de marzo de 2024

SOBRE LA REENCARNACIÓN

 SOBRE LA REENCARNACIÓN.

Numerosas corrientes filosóficas abordan el concepto de reencarnación como una vía para la búsqueda de la perfección en este punto específico del tiempo y el espacio. La reencarnación implica el renacimiento después de la muerte, asumiendo la forma de cualquier ser biológico que pueble nuestro planeta. Según esta perspectiva, uno puede renacer como escarabajo, nutria, trucha, buitre carroñero u otro ser viviente, hasta alcanzar un estado de perfección que permita trascender el ciclo de nacimiento y muerte.

Sin embargo, discrepo con esta idea. Considero que ningún ser humano, por más que lo intente, puede aspirar a la perfección. Este cuerpo humano tiene límites insuperables y, si renaciéramos, es probable que repitiéramos los mismos errores una y otra vez.

Creo que todos llevamos en nuestro interior una chispa primordial que anhela retornar a su origen. Permanecer atrapados en un ciclo interminable en este plano sería agotador y carecería de propósito. ¿Acaso la perfección es requisito para trascender este plano? ¿Y si nuestra existencia en este mundo es simplemente un experimento?

Quizás nuestra purificación no provenga de renacer y morir repetidamente, sino de fusionarnos con la fuente de la que procedemos. Entonces, ¿cuál es nuestro propósito en este mundo? Estamos aquí para ser. La armonía reside en el ser. Al resistirnos a nuestra naturaleza, nos oponemos al designio del Arquitecto. ¿Puedes imaginar un engranaje en un gran reloj que se detiene para complacer al relojero?

El ser es tanto espíritu como materia, y las necesidades de uno no entran en conflicto con las del otro; son distintas y siguen caminos separados, aunque converjan como dos cables de corriente. ¿Reencarnar o no reencarnar? Esa es la pregunta. Quizás sí, pero no en este plano, sino en uno mejor, con un cuerpo distinto. Me agrada más pensar de esta manera.

 

—Miguelan.

SOBRE LA REENCARNACIÓN Y CUERPO ASTRAL


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